Éramos siete alumnos, muy diferentes aparentemente entre si, pero como se vio después, con una historia parecida que contar relativa a recortes en multinacionales y medianas empresas, despidos, carreras truncadas y frustración.
Estábamos allí porque al deshacerse de nosotros nuestras empresas, decidimos tomar las riendas de nuestro futuro profesional y teníamos que definir esto que ahora se llama nuestra “marca personal” o “personal brand”.
La profesora Eva Snijders, storyteller en Química Visual, nos habló de que “nuestra marca personal no se asienta tanto en lo que sabemos hacer, sino en quiénes somos”. Una tesis muy cierta, pero algo complicada de resolver para alguien que siempre ha sido bastante tímida como yo. “Entonces”, −yo pensaba− “¿¡esto consiste en contarle al mundo sobre nuestra vida personal, nuestras intimidades y manías ocultas… ((#momentodepánico-on))!!?”.
Pero no, no se trataba de eso. “Todo lo que contamos habla de nosotros”, continuaba Eva. Y así, cada uno, fuimos desgranando nuestra propia “historia” ante el resto de alumnos. Por momentos aquello parecía una terapia de grupo. Luego, los otros tenían que escribir en un post-it las impresiones que habían extraído de nuestro relato y entregárnoslas. Llegaba el momento de recibir la mirada de los demás: ¿me ven los otros como yo quiero -o creo- que me ven?
Yo había visto hacía unas semanas el vídeo de la charla que pronunció Eva Snijders en EBE Barcelona en abril de 2013: “Storytelling no es marketing” y ya sabía que para ella, storytelling no es contar historias para “vender motos”, ni entretenimiento, ni manipular, ni la última moda, ni emocionar para vender.
“¿Pero entonces de qué va todo esto?” –yo seguía con mis dudas–. Eva nos aclaró lo que sí es: “storytelling es el arte de dar forma a una experiencia para que tenga sentido, para que pueda ser compartida”. Los tiempos han cambiado y no podemos comunicarnos de la misma forma que antes, decía.
“El stoyteller es un ‘shaper’ (me gusta esta manera de expresarlo) “es aquel que “da forma a lo que se cuenta, es capaz de convertir cosas/valores, en acciones”. Ahora si que empezaba a entender en qué consistía el storytelling (perdón por españolizar esta palabra pero no encuentro una traducción al español que encaje).
Después de la catársis de sentirnos expuestos y valorados por el grupo, terminamos la sesión repensando de nuevo nuestra historia, ahora teniendo en cuenta el feedback de los demás.
Se acabó el curso y me quedé con las ganas de saber más, de conocer más…, el storytelling me parece una técnica tan interesante como difícil.
Y a todo esto ..una pregunta: “¿habré conseguido contar una buena historia con este post..??” Al menos ahora sé que en storytelling no siempre es imprescindible un final feliz.
Clara Merín
Hola Clara,
Me ha encantado tu post. Muchas gracias por compartir tu experiencia.
Ahora ya sabes que el camino del Storytelling sigue mucho más allá de un ejercicio, de una clase. Y por el camino, si te dejas, te esperarán sorpresas de todo tipo.
Te deseo buen viaje y espero leer la continuación a este relato muy pronto.
Un abrazo,
Eva
Hola Eva, gracias por responder aquí. Tengo que decir que conocer más sobre storytelling me ha abierto los ojos a una nueva manera de comunicar que me parece totalmente nueva, refrescante y mucho más auténtica (algo que escasea tanto hoy en día). Quiero seguir recorriendo ese camino, siento que me han cambiado un “chip” y ya no puedo ver las cosas de la misma manera que antes. Gracias por guiar los pasos de los que estamos aprendiendo con tanta pasión.
Un abrazo, Clara.
PD: dejo aquí el enlace de tu curso en @FoxizeSchool: http://www.foxize.com/es/cursos-habilidades/cursos-identidad-digital/storytelling-para-marca-personal/eva-snijders-48