Cuando los museos nacionales -allá por el año 2009- abrieron sus perfiles en redes sociales, incorporaron estas nuevas herramientas de la web 2.0 en sus áreas de comunicación como unos canales de difusión más. Ya disponían entonces de otros instrumentos de comunicación en el entorno online como los envíos masivos de correo electrónico, las newsletters o las páginas web corporativas. Además, las redes sociales tenían otra gran ventaja: su gratuidad, lo que animó a muchos museos a abrir perfiles consecutivamente en las nuevas redes que fueron naciendo.
El tiempo ha demostrado que las redes sociales, si bien son herramientas de marketing muy potentes,
son mucho más que canales de difusión
Las redes sociales son canales 2.0 que se basan en la bidireccionalidad del proceso de comunicación que propician. Entender esto es básico, ya que en adelante no es necesario que haya un emisor y un receptor, sino que encontraremos múltiples emisores y receptores, es más, cualquier usuario, gracias a las redes sociales, puede estar ahora mismo hablando sobre un museo, en cualquier parte del mundo, en cualquier idioma.
Unos cuantos museos e instituciones culturales, si bien aun no son mayoría, han tenido en cuenta esta particularidad de la web 2.0 o web social y han trazado en los últimos años una estrategia para sus medios sociales que -por primera vez- incorpora al usuario como interlocutor válido en el proceso de comunicación. Estos centros ha entendido que, en la web social no se trata sólo de difundir, de hablar, y no se espera del usuario que sólo nos “escuche” sino que propiciamos la conversación con él y el intercambio de opiniones.
Estamos hablando de canales de comunicación más abiertos que nunca, con todo los riesgos que ello implica para la institución, aunque cuando esto sucede, también se da otra circunstancia, totalmente novedosa.
Cuando el museo cede el protagonismo al interlocutor, descubre con sorpresa que este quiere compartir, comentar, valorar y “enamorarse” de lo que la institución le ofrece, …más que nunca. Se define entonces un nuevo modo de relación más democrático. El usuario en redes sociales se siente parte del proyecto museístico, se identifica con sus valores, se compromete con la misión de la institución y además recomienda el museo a sus conocidos,… ¿se le puede pedir más?. En este ciclo consiste el famoso engagement o ‘compromiso’ del que tanto se habla en marketing online.
Engagement: cuando el usuario en redes sociales se siente parte del proyecto museístico, se identifica con sus valores, se compromete con la misión y nos recomienda a sus conocidos,… ¿se puede pedir más?
Hace mucho tiempo ya que el éxito de una estrategia en medios sociales no se mide en número de followers, tampoco en el entorno cultural (se acabó lo de sumar fans), sino por el ‘compromiso’ / engagement que nuestra comunidad en redes mantiene con nuestro centro. ¿Cómo medir ese ‘compromiso’? Pues con los “likes”, comentarios y veces que se comparten nuestros contenidos en la red, síntoma de que lo que publicamos, interesa, conmueve, y se “viraliza” por la red. ¿Y no creéis que desde instituciones culturales es mucho más fácil conseguir ese engagement dada la pasión por la expresión artística que ya sienten nuestros fans?
Busquemos pues en nuestra comunidad en redes una tasa de engagement alta o por el contrario sumaremos cientos de seguidores ‘zombies’ que nos dieron un like hace años pero que hoy permanecen ajenos a lo que compartimos.
¿Y tu museo o institución cultural qué hace en sus redes sociales, difunde o interactúa..?
Los programas culturales y las instituciones, como los museos son vías de desarrollo social y económico.
Museo de Marionetas Alfín es un recinto que resguarda una exposición permanente d fascinantes títeres del Centro Cultural Alfín Rosete Aranda. Honramos la tradición de titiriteros mexicanos más importante de nuestro Querido México
Me asesoran para Adquirírmás info de redes y museos y opciones de formación.
Hola Naty, disculpa el retraso en la respuesta, si puedes escribirme a clara@endecomunicacion.com te lo agradezco, un saludo